miércoles, 6 de abril de 2011

Libia: El león en el desierto

Omar Kumuktar, arrestado por los italianos en 1931:

Con toda prudencia, tengo que decir que no creo que lleguemos a "dos" Libias... Legalmente reconocidas o como se quiera decir. ¿Puede prolongarse la situación? Pienso que sí, pero en el marco de una negociación a varias bandas, que termine por reunificar el país y reconciliar a los libios y, en ese sentido, todo depende de cómo evolucionen la "agenda" política y la "agenda" militar.


La cuestión es que los europeos se han lanzado a una campaña coloquial y todo el mundo lo sabe, y los líderes europeos y norteamericanos están en vías de afrontar unos procesos electorales, que a todos los que han emprendido esta campaña los van a "reemplazar".


La situación de la zona "ocupada" es imposible e imprevisible, y a larga depende de la situación que se vive en Egipto (país vecino), cuya situación de inestabilidad también ha contribuido a subvertir el orden en el este de Libia (hay que recordar el apoyo constante de Hermanos Musulmanes a la rebelión en los países árabes, a rebufo de las geuninas manifestaciones populares).


El mundo musulmán tontea con la idea de un oriente neoconservador y fideista, un calco de las democracias occidentales. Pero este ensueño burgués y conservador de las élites políticas y religiosas es contradecido por las masas populares, una y otra vez, y por la propia historia de la región.


La Unión Europea es una masa crítica que no se pliega unilateralmente a los intereses de una u otra potencia, ahí está la distancia con respecto al conflicto que adoptan Alemania y Turquía (en las puertas de su integración plena en la UE), por ejemplo. Tanto Alemania como Turquía son miembros de la OTAN, y no han apoyado las operaciones militares.


Cuanto tarde la zona "rebelde" en caer es cuestión de tiempo, de lo que no hay duda es de que esta crisis, que no es sólo militar, debe servir como prólogo a la reforma de la región árabe y de la mismísima ONU. Esta crisis va a traer mucha tela...


Y, por último, el contexto económico internacional, a la larga la guerra no es una opción para organizar la economía internacional. Históricamente, la guerra se ha utilizado para dominar los mercados mundiales que, previamente, han sido penetrados por las mercancías de los imperios. El imperialismo tiene varias guerras abiertas relacionadas con la explotación de los recursos naturales.


Sostener una guerra en un enclave tan comprometido como el litoral oriental de Libia, aparte de que militarmente me parece imposible, es que, además, choca frontalmente con la génesis y administración del propio Estado libio. Sin duda, Libia va a representar una lección para el imperialismo, y es que el imperialismo está condenado a desfallecer en sus talones de Aquiles: Libia, Vietnam, Somalia (*).


(*) Cuando las barbas de tu vecino veas cortar...